Durante casi un año, nuestro chiste recurrente en Marketing era que trabajábamos para dos empresas. Mientras preparábamos todo lo necesario para lanzar GoodRabbit de la forma que queríamos, teníamos que seguir con SCM Latam como si no estuviese pasando nada.
Así que mientras probábamos cómo queríamos que se vieran nuestras redes sociales, en medio de la búsqueda del tono y voz de GoodRabbit, definiendo cómo haríamos presentaciones, mailing, brochures y manuales, también teníamos esta otra empresa para la que seguir produciendo. Esta otra empresa que era la misma que GoodRabbit, pero a la vez no.
Porque seguimos siendo nosotros mismos, GoodRabbit no es una empresa nueva ni modificamos lo que vendemos, pero si cambiamos. Este cambio no es solo superficial, no es solo otro nombre y una mejor imagen, es una nueva forma de presentarnos en sociedad.
Este rebranding, como le decimos internamente a este proceso, aunque tenemos claro que es mucho más que un rebranding, no solo fue una oportunidad para sentarnos a pensar cómo queríamos que fuera nuestra identidad visual, sino que también qué es lo que nos representaba como empresa. En esto nos ayudó muchísimo AHORA, la consultora en que estuvo a cargo de concebir GoodRabbit, para darle orden a todas esas ideas, nociones y convicciones que teníamos hace años, dispersas y mal estructuradas, pero certeras en la esencia de nuestra empresa.
Con GoodRabbit no cambia nuestro trabajo ni lo que ofrecemos a nuestros clientes, pero sí la forma en cómo comunicamos quiénes somos. Principalmente, porque ahora lo tenemos mucho más claro que antes: somos una empresa que busca valorar el tiempo de los trabajadores, y para lograrlo usamos nuestra solución ultraflexible de gestión del tiempo para controlar asistencia, gestionar turnos y optimizar dotación.
Valorar el tiempo
En GoodRabbit siempre hemos sido muy fanáticos de las encuestas y el feedback, nuestros equipos saben que pedimos retroalimentación por todo, porque tenemos la convicción de que la única forma de crecer es cuando todos somos partícipes del proceso. Así que cuando queríamos definir nuestro propósito como empresa, obviamente decidimos hacer una votación para elegirlo entre todos.
El resultado fue “Ayudar a personas y empresas a valorar cada minuto, logrando un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal”. No es un mal propósito, y de hecho refleja muy bien la empresa que solíamos ser: sobre complicada. Todas nuestras elecciones de propósito en esa elección eran similares, largos, con mucho texto y tratando de abarcar demasiado, impidiéndonos llegar a una conclusión más concreta.
Lo que nos hacía falta no eran nuevas soluciones, reinventar nuestra forma de trabajar ni cambiar el servicio con los clientes, sino más orden, claridad y estructura tanto de quienes somos, como de qué empresa queremos ser.
Valorar el tiempo de los trabajadores es nuestro propósito actual, mantiene la esencia del que habíamos elegido hace años y refleja muy bien el cambio a GoodRabbit. Entonces, ¿qué cambia? Cambia nuestro orden interno, cómo nos estructuramos y, sobre todo, la forma en la que nos comunicamos.
En GoodRabbit ahora somos mucho más conscientes de cómo estamos expresándonos y presentando nuestras soluciones, visión del Workforce Management y forma de trabajar. Eso es lo que cambia, el resto, se mantiene.
